En este post aniversario, diez años después de arrancar el blog de Singladura, vamos a tratar temas de gran actualidad como el de la salud mental en los menores y cómo prevenir determinados trastornos para evitar males mayores. Para ello contamos con la opinión de Irene Alegría Mercé, maestra de Educación Primaria e Inglés, Licenciada en Psicopedagogía, Perito Judicial de Menores. ¿Estamos –los profesores- preparados para guiar a los menores ante un novedoso escenario marcado por la inteligencia artificial y el metaverso? ¿Qué deriva podrá tener ante los alumnos desde el plano psicológico y social?
¿En qué consiste tener una buena salud mental?
Tener una buena salud mental implica tener un estado emocional, psicológico y social equilibrado, que permita a la persona enfrentar los desafíos de la vida cotidiana de manera efectiva y adaptativa.
Tener una buena salud mental no significa no experimentar dificultades emocionales o psicológicas. En cambio, se trata de tener las habilidades y recursos necesarios para manejarlas y superarlas de manera efectiva. La buena salud mental es esencial para el bienestar general y puede mejorar la calidad de vida en todas las áreas, incluyendo el trabajo, la familia y las relaciones sociales.
Hoy hablamos de la salud mental en la infancia como un tema relevante e importante por y para los niños. Y más aún en edades tempranas, algo que hace tan sólo 2 o 3 décadas se hubiera antojado imposible. ¿Por qué es necesario que desde diversos frentes cuidemos la salud mental de los menores?
Cuidar la salud mental de los niños y de las niñas es fundamental por varias razones.
En primer lugar, la salud mental es un componente clave del bienestar general y afecta a todos los aspectos de la vida del mismo/a, incluyendo su capacidad para aprender, interactuar socialmente, regular sus emociones y comportamientos, y desarrollar relaciones saludables.
Además, los problemas de salud mental en la infancia pueden tener efectos negativos duraderos en la vida adulta, incluyendo problemas de salud mental, problemas de salud física, dificultades académicas y de empleo, y problemas en las relaciones interpersonales.
También pueden tener dificultades para formar relaciones saludables y estables a lo largo de sus vidas, lo que puede afectar su capacidad para encontrar y mantener relaciones, amistades y relaciones laborales satisfactorias.
Otra razón por la que es importante cuidar la salud mental de los niños/as es que los trastornos mentales pueden ser debilitantes y afectar significativamente la calidad de vida del menor y de su familia. La detección temprana y el tratamiento efectivo pueden mejorar los resultados para el niño/a y su familia.
Los menores que crecen en hogares donde no se les proporciona un ambiente seguro y afectuoso pueden experimentar una amplia gama de problemas de salud mental, incluyendo ansiedad, depresión, estrés postraumático, trastornos de la conducta y abuso de sustancias.
Desde tu experiencia, ¿qué o cuáles son los culpables que hacen que la salud mental de los menores quede tocada?
Hay muchos factores que pueden afectar la salud mental de los menores. Algunos de los principales culpables incluyen: estrés, trauma, problemas familiares, problemas sociales, factores biológicos, falta de recursos, consumo de sustancias…
Es importante tener en cuenta que muchos de estos factores pueden interactuar entre sí y pueden ser diferentes para cada niño/a. Es por eso que es importante tomar un enfoque individualizado para la salud mental de los menores, y trabajar con cada niño/a y su familia para entender y abordar los factores específicos que pueden estar afectando su salud mental.
Hoy por desgracia -y cada vez con mayor frecuencia- saltan a la palestra noticias de niños que se suicidan, aumentando también el número de menores que manifiestan dicho interés por quitarse la vida. ¿Qué motivos pueden empujar a un niño a sentirse tan vacío e inútil como para quitarse la vida?
Es importante tener en cuenta que el suicidio es un tema complejo y multifactorial, y puede haber muchos motivos que empujen a un menor a sentirse tan desesperado como para considerar el suicidio. Por lo que he podido observar, muchos motivos se repiten y son los siguientes: trastornos de salud mental, acoso escolar, problemas familiares, problemas de relaciones sociales y consumo de sustancias, es un poco lo mismo nombrado en la pregunta anterior.
Debemos recordar que cada niño y cada niña es diferente y puede tener una combinación única de factores que contribuyen a sus pensamientos suicidas.
Aquí ya hemos hablado en numerosas ocasiones del uso de las redes sociales por los menores de edad. La necesidad de ser alguien relevante en el grupo está llevando a que si un menor no consigue suficiente número de likes se frustre.¿Cómo educar a un niño -tanto desde la escuela como desde las familias- para que pongan en su justo término esa, quizás, «falsa aceptación por sus iguales»
Es importante educar a los menores sobre el uso saludable de las redes sociales y la importancia de no basar su autoestima en el número de likes o seguidores que tengan en sus perfiles.
Desde la escuela buscamos enseñar a los niños a valorarse a sí mismos por quienes son, no por lo que tienen, fomentar la empatía y el respeto hacia los demás, promover el uso saludable de las redes sociales, enseñar a los niños y niñas a identificar y expresar sus emociones, fomentar la participación en actividades fuera del entorno online… Esto les ayudará a desarrollar su autoestima de forma más equilibrada y no basada exclusivamente en su popularidad de las RRSS.
Hablamos de acoso escolar y el 99% de los lectores se imagina un niño acosando a otro (física y/o verbalmente). No obstante sigue habiendo una autoridad mal entendida por parte de algunos (muy pocos) profesores que pueden llevar a un abismo a un niño, entre otras cosas, ridiculizándole en público. ¿Qué medidas deberían llevarse desde el centro?
Es importante que los centros educativos tomen medidas para prevenir y abordar el acoso escolar en todas sus formas, incluyendo el acoso por parte de los docentes hacia los estudiantes.
Se deben establecer políticas y protocolos claros, fomentar un clima escolar positivo, capacitar al personal educativo, fomentar la denuncia y la intervención temprana y trabajar en colaboración con las familias y las comunidades.
Entre los trastornos más comunes en los menores figuran el trastorno de ansiedad; por déficit de atención e hiperactividad, del espectro autista, trastornos alimentarios, depresión y otros trastornos del estado de ánimo. ¿Cómo puede llevar un trastorno a otro a un menor?
Cada trastorno mental es único y puede tener diferentes factores de riesgo y desencadenantes, por lo que no se puede generalizar que un trastorno pueda llevar a otro en todos los casos. Sin embargo, en algunos casos, los trastornos pueden estar relacionados y presentarse juntos o incluso uno puede desencadenar el otro.
Por ejemplo, un niño/a con trastorno de ansiedad puede desarrollar un trastorno depresivo debido a los síntomas de la ansiedad, como la preocupación constante, la tensión muscular y la falta de sueño, que pueden llevar a la fatiga, el aislamiento social y la desesperanza. Del mismo modo, un niño/a con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) puede sentirse frustrado y ansioso por no poder concentrarse en sus tareas escolares o por tener problemas para seguir las instrucciones, lo que puede aumentar su ansiedad y estrés.
En el caso de los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia, pueden ser causados por problemas de autoimagen y autoestima, que a su vez pueden estar relacionados con otros trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad.
Cada trastorno es único, es importante tener en cuenta que los problemas de salud mental en los menores pueden ser interconectados y es importante abordarlos de manera integral y con un enfoque multidisciplinario.
¿Cómo se pueden identificar las primeras alertas que puede mostrar un niño ante algunos de dichos trastornos?
Es importante tener en cuenta que los síntomas de los trastornos mentales en los niños y niñas pueden ser muy variados y pueden manifestarse de diferentes maneras, por lo que es importante estar atentos a cualquier cambio significativo en su comportamiento, estado de ánimo o conducta.
Algunas de las primeras alertas que se pueden identificar en los niños que podrían estar sufriendo algún trastorno mental incluyen: cambios en el comportamiento, como irritabilidad, agresividad o retraimiento social, cambios en los patrones de sueño o alimentación, dificultades en el rendimiento escolar, dificultades para concentrarse o prestar atención, preocupación excesiva, miedos o temores intensos que parecen no tener una explicación clara, cambios repentinos en el estado de ánimo, como tristeza o apatía…
Hay que tener en cuenta que estos síntomas no necesariamente indican que un menor está sufriendo un trastorno mental, pero es importante estar alerta y buscar ayuda profesional si se observan estos cambios de manera persistente y significativa en el comportamiento o estado de ánimo del niño y de la niña.
También es importante recordar que la detección temprana y la intervención temprana son clave para un buen pronóstico y recuperación en los trastornos mentales.
De manera muy reciente el Grupo British School Alzira, Xàtiva & Gandia ha creado el primer Departamento de Salud Emocional y Mental infantil en un colegio en España.¿Cuándo se estandarizarán estos departamentos, al igual que hoy todos los colegios cuentan con un psicólogo escolar?
Es difícil predecir cuándo se estandarizarán los departamentos de salud emocional y mental infantil en todos los colegios en España, ya que depende de diversos factores como la conciencia y la prioridad que se dé a la salud mental en el sistema educativo, la disponibilidad de recursos y el apoyo gubernamental, entre otros. Sin embargo, es un hecho que cada vez se habla más de la importancia de la salud mental y emocional de los niños y se están tomando medidas para abordar esta problemática en el ámbito escolar.
En los últimos años, ha habido un aumento en la conciencia y la preocupación por la salud mental de los niños en España, y se están implementando medidas para abordar esta problemática en el ámbito educativo. Algunos colegios ya cuentan con psicólogos escolares y servicios de apoyo a la salud mental, pero aún hay un largo camino por recorrer para que esto se convierta en algo estandarizado en todos los colegios.
La creación de departamentos de salud emocional y mental infantil en los colegios es un paso importante en la dirección correcta, así como ha hecho Grupo British School Alzira, Xàtiva & Gandia que ha creado el primer Departamento de Salud Emocional y Mental infantil ya que reconoce la importancia de la salud mental en el desarrollo y el bienestar de los niños/as y jóvenes.
Esperemos que con el tiempo, más colegios sigan este ejemplo y se implementen medidas para abordar la salud mental y emocional de los niños de manera más integral y sostenible.
Si tanto el metaverso como la Inteligencia Artificial finalmente se despliegan como nos lo han enseñado, ¿qué posibles trastornos con la salud mental tendrán los menores?
La implementación del metaverso y la inteligencia artificial puede tener tanto efectos positivos como negativos en la salud mental de los menores. Por un lado, el uso de la tecnología puede brindar nuevas formas de comunicación y aprendizaje que pueden beneficiar a los niños. Por otro lado, el uso excesivo o inapropiado de la tecnología puede llevar a una serie de problemas de salud mental.
Por ejemplo, el uso excesivo del metaverso y la inteligencia artificial puede llevar a una desconexión de la realidad, lo que puede contribuir a la ansiedad, la depresión y otros trastornos de salud mental. Además, el uso de la tecnología puede fomentar la adicción, lo que puede llevar a problemas de salud mental y a la disminución de la capacidad de atención y concentración.
También hay preocupaciones sobre el impacto de la tecnología en el desarrollo emocional de los niños y niñas. La interacción con robots o sistemas de inteligencia artificial puede no proporcionar la misma experiencia que la interacción humana, lo que puede dificultar la empatía y la comprensión emocional.
En resumen, es importante que las familias, docentes y profesionales de la salud mental sigamos investigando y evaluando el impacto de la tecnología en la salud mental de los niños/as. Se deben establecer límites claros y enseñar a los niños y niñas a usar la tecnología de manera responsable y equilibrada, mientras se fomenta el desarrollo emocional y social adecuado.
