En Singladura llevamos 3 décadas comprometidos con la educación. Una actividad profesional que está en constante evolución, más si cabe en los últimos 4 o 5 años debido al uso de las TIC en las aulas, redes sociales y nuevas formas de entender el proceso de aprendizaje a través de la neurociencia. Para ampliar más en detalle estos temas contamos con la opinión de Irene Alegría, maestra de Educación Primaria e Inglés y-entre otras cosas- psicopedagoga, perito judicial de menores y experta en Educación Emocional y Neuropsicología.
Hace unas semanas nos despertamos con este titular: “La ciudad de Nueva York demanda a Tik Tok, Instagram, Facebook, Snapchat y Youtube por perjudicar la salud mental de los niños” ¿En realidad son tan perjudiciales las redes sociales para los niños?
Las redes sociales tienen efectos negativos en la salud mental de los niños, incluyendo problemas de autoestima, ansiedad y depresión, especialmente si su uso es excesivo y sin supervisión adecuada. La interacción en estas plataformas a menudo implica comparaciones sociales y exposición a contenido inapropiado, ya sabemos del aumento de consumo de la pornografía en edades tempranas. Sin embargo, el impacto varía dependiendo del niño y de la niña y depende de factores como el tiempo de uso, el tipo de contenido consumido y la presencia de una persona adulta. Debemos fomentar un uso consciente y equilibrado de las RRSS.
En paralelo, cada vez hay más colegios -de más países- que están retirando el uso de tabletas y ordenadores portátiles de las aulas? Explícanos los beneficios de una educación más analógica versus una digital.
La reintroducción de métodos analógicos en la educación, frente a los digitales, responde a la búsqueda de un aprendizaje más profundo y menos distractor.
Beneficios clave incluyen el fortalecimiento de la memoria y la comprensión a través de la escritura manual, la promoción de la atención continua y la reducción de la fatiga visual asociada a las pantallas. Además, las interacciones cara a cara mejoran las habilidades sociales y de comunicación, aspectos críticos para el desarrollo integral del alumnado.
¿Educar o prohibir? Es decir, ¿no sería mejor -y más eficaz- educar en el buen uso de estas herramientas tecnológicas (que muy probablemente tengan que usar años después para sus trabajos) que prohibirlas per se?
Educar en el buen uso de las herramientas tecnológicas es fundamental y más efectivo a largo plazo que prohibirlas. Proporcionar al alumnado habilidades críticas para navegar por el entorno digital de manera segura y responsable prepara mejor a las nuevas generaciones para el futuro laboral y personal. Además, la educación en tecnología fomenta la creatividad, la resolución de problemas y la ciudadanía digital, capacidades indispensables en la sociedad actual y futura.
En el ecuador de este curso, ¿qué recomendaciones podría dar a aquellos alumnos que “no rinden”, que no ven resultados académicos a la altura de lo estudiado?
A mitad de curso, es crucial animar al alumnado a reflexionar sobre sus métodos de estudio y la gestión del tiempo. Recomendaría explorar técnicas de estudio alternativas, como la elaboración de mapas conceptuales o sesiones de estudio en grupo, para encontrar lo que mejor se adapte a su estilo de aprendizaje. Es muy importante que nos impliquemos los docentes y el Departamento de Orientación del centro, siempre de la mano de las familias. También es importante que se permitan descansos adecuados y mantengan una actitud positiva, recordando que el rendimiento académico puede mejorar con persistencia y adaptación a estrategias más efectivas.
¿Qué aspectos estima que deberían mejorarse -o actualizarse- en las correspondientes escuelas de magisterio?
Las escuelas de magisterio están actualizadas e incluyen habilidades digitales avanzadas y métodos de enseñanza innovadores, como el aprendizaje basado en proyectos y la pedagogía inclusiva. Yo soy coordinadora y docente de innovación educativa y tanto mi claustro como yo estamos muy preparados en nuevas metodologías y las trabajamos con nuestro alumnado. Además, es esencial fortalecer la formación en inteligencia emocional y técnicas de manejo del aula para preparar a los futuros docentes para los desafíos emocionales y conductuales del siglo XXI. Estas actualizaciones aseguran que los maestros estén mejor equipados para responder a las necesidades cambiantes de su alumnado y de la sociedad.
Volviendo a los docentes, se habla de la felicidad de los alumnos pero, ¿y la de los profesores? En una profesión tan sumamente vocacional como la docencia, ¿qué aspectos deberían pulirse para lograr la felicidad -también – de los profesores cuando llegan al aula? ¿Padecen mucho estrés los profesores?
Sí, vivimos en continuo estrés y vemos que han aumentado los problemas de salud mental. Para mejorar la felicidad y reducir el estrés de los profesores considero que es esencial fomentar un ambiente de trabajo de apoyo y respeto, además de proporcionar oportunidades continuas para su desarrollo profesional. La carga administrativa es enorme y debe ser minimizada para permitirnos concentrarnos más en la enseñanza y menos en la burocracia. Reconocer y valorar nuestra labor también es clave, ya que el reconocimiento contribuye significativamente a su satisfacción laboral. Dado que la docencia es una profesión altamente vocacional, asegurar que los profesores nos sintamos valorados y apoyados es fundamental para nuestro bienestar.
Como especialista en psicopedagogía y perito judicial de menores, ¿qué crees que pudo pasar por la cabeza del niño francés de tan sólo 9 años que siguió acudiendo motu propio a la escuela demostrando una altísima responsabilidad para su edad?
¿Dónde estaba la familia? Este niño demostró una resiliencia y madurez excepcionales, posiblemente impulsadas por la necesidad de normalidad y estabilidad que la escuela le ofrecía en contraste con su situación en casa. La escuela no solo sería un refugio seguro, sino también un espacio donde podía sentirse cuidado, valorado y parte de una comunidad. Su comportamiento refleja un fuerte deseo de superación y la búsqueda de una constante en su vida que le proporcionara sentido, estructura y esperanza. Este caso subraya la importancia de observar y atender no solo el rendimiento académico de los niños, sino también su bienestar emocional y situaciones personales.
A propósito de la pregunta anterior, ¿este niño tendría la capacidad suficiente para ser un excelente futuro líder y sólo le pudo, como en la sociedad de la nieve, el espíritu de supervivencia?
La capacidad de este niño para manejar situaciones extremas a una edad tan temprana ciertamente sugiere un potencial para el liderazgo, destacando su fortaleza, resiliencia y autodisciplina. Su espíritu de supervivencia, junto con la habilidad para mantener un alto rendimiento académico bajo circunstancias adversas, indica una notable capacidad para enfrentar y superar desafíos. Estas cualidades, si se nutren adecuadamente, pueden ser la base de un liderazgo compasivo y efectivo en el futuro.
Seguimos con películas. Los protagonistas reales de la historia de los supervivientes de los Andes hicieron lo imposible para alcanzar la civilización, no se rindieron en ningún momento durante más de dos largos meses. ¿Qué le dirías a un niño que “no puede, que le cuesta (aprobar, estudiar)?
Les diría que la resiliencia y determinación demostradas por los supervivientes de los Andes son un testimonio del poder del espíritu humano y de lo que podemos lograr cuando no nos rendimos. A un niño o niña que encuentra dificultades, le animaría a ver cada desafío como una oportunidad para crecer y aprender, recordándole que la perseverancia y el esfuerzo son claves para superar obstáculos. Es importante que sepa que está bien pedir ayuda y que cada pequeño paso adelante cuenta en su viaje hacia el éxito. Para mí es muy importante aprender desde el fracaso.
Si pudiera compartir mesa y mantel con Pilar Alegría Continente, a la sazón Ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes y portavoz del Gobierno, ¿qué peticiones, demandas, le harías?
La verdad que ya tuve oportunidad de reunirme con ella y es una persona cercana, comprometida y abierta a los docentes que estamos a pie de aula. Tengo la suerte de tener un nexo con ella, no familiar aunque ambas seamos “Alegría”. Le pediría lo mismo que hice en su día, un mayor enfoque en la formación emocional y psicológica tanto del alumnado como de los docentes, destacando la importancia del bienestar mental en el proceso educativo. Más recursos y apoyo para la adaptación de las metodologías de enseñanza a las necesidades actuales, incluyendo la integración efectiva de tecnologías educativas. Además, abogaría por una mayor inversión en la formación profesional, resaltando su valor en la preparación de los y las jóvenes para un mercado laboral cambiante y la importancia de fomentar la igualdad de acceso a la educación de calidad para todo el alumnado. Aunque he de decir que tras la reunión que tuvo con las personas que estuvimos en el Ministerio de Educación con ella, vimos un cambio y ya se está trabajando en esta línea.
