A poco más de un mes para la clausura del curso 21/22, muchos alumnos de 4º de la ESO ya habrán señalado qué hacer el curso próximo: ciclos de FP, Bachillerato o Bachillerato Internacional. A través de esta entrevista con los Centros CEU aclaramos en qué consiste el BI y qué beneficios obtiene el alumno que se decanta por esta alternativa.
¿Cuáles son las principales diferencias que afrontará un estudiante que opte por un Bachillerato Internacional frente a un Bachillerato normal?
En primer lugar, me gustaría decir que en España tenemos un gran Bachillerato, que garantiza que los alumnos pongan un broche de oro a su desarrollo académico y personal, además de permitir la consecución del perfil de salida deseado para los alumnos de nuestros colegios. El Bachillerato en nuestro país es el pasaporte a la Universidad por excelencia y esto significa que hay que poner todos los recursos adquiridos a lo largo de los años de educación precedentes, al servicio de consolidar y evidenciar las excelencias del Proyecto Educativo de cada colegio y facilitar así el paso a la Educación superior con todas las garantías de éxito.
Sin embargo la valoración, percepción y expectativas atribuidas al Bachillerato Internacional, Programa Diploma, se basan en las garantías históricas que este Bachillerato proporciona a lo largo del tiempo y que combina el desarrollo de competencias intelectuales y personales, autodisciplina, organización y sobre todo a la introducción de áreas de desarrollo aptitudinales como la creatividad, el pensamiento crítico, o sociales como servicios a la comunidad. Los objetivos del Bachillerato Internacional, que nació en la década de los 60 en Ginebra, se centran en conseguir unas aptitudes y actitudes en nuestros adolescentes que contribuyan a crear un mundo más pacífico, solidario y comprometido con el entendimiento intercultural. Sus objetivos, con carácter más humanista, se centran en la formación humana y en la dotación de recursos a sus alumnos que perduren a lo largo de toda su vida.
Hace años solíamos diferenciar en nuestro país de forma excesivamente simple, un bachillerato de otro, con expresiones como: “En uno, el IB, se trabajan competencias y en el otro se aprenden contenidos de memoria”.
Nuestro Bachillerato ha evolucionado mucho y esto se aleja enormemente de la realidad actual, y a la hora de decidir cuáles son las ventajas de uno y otro, es necesario entender el perfil de cada alumno y sus objetivos a futuro, para poder realizar una aproximación personalizada y justa.
Nuestro Director de Área de Colegios, Luis Martínez-Abarca, suele decirnos que conviene recordar que no es lo mismo Bachillerato Internacional que Programa del Diploma. Otros programas, como PYP, recogen esta experiencia y el perfil del alumno IB desde edades tempranas. Impulsan el autoconocimiento, la investigación, el conocimiento transdisciplinar y el compromiso personal en Infantil y Primaria.
En resumen, yo siempre he admirado del IB, no solo su metodología educativa centrada en el desarrollo de competencias, sino algo que lo hace único y que es lo más difícil en estos procesos de enseñanza. La evaluación por competencias, que en el caso de los IBO Schools está muy perfeccionada, contrastada y garantizando así el trabajo realizado por cada colegio.
¿Qué características básicas comparte un estudiante que opta por un BI?
Los alumnos IB deben tener una mentalidad abierta, con una actitud de aprendizaje permanente y con virtudes y valores que trascienden a lo meramente académico, como la empatía, la compasión y la valoración de las diferencias del prójimo que son también seres con los que comparten la enorme responsabilidad que supone construir un mundo mejor. Además, el IB abre las puertas a multitud de Universidades en todo el mundo y está introducido en multitud de Colegios y organizaciones internacionales, lo que permite a los alumnos que lo eligen, cambiar de país y continuar con sus estudios en cualquier país con la garantía de poder completar una educación internacional exigente y unos métodos de evaluación sumamente rigurosos.
En este sentido, podríamos asociar este programa con un perfil de alumnos con mentalidad más internacional y que tengan proyectado su desarrollo académico o profesional dentro o fuera de nuestro país.
Esto no merma oportunidades al alumno que quiera continuar sus estudios en España, donde las Universidades valoran de igual manera la rigurosidad y garantías que ofrece un alumno IB. Pero lo que está claro es que el IB solo encajará en alumnos que sean generosos y socialmente responsables dado que el programa cuenta con actividades de Acción y Servicio aparte del compromiso que van a adquirir desde el inicio con el cuidado del planeta y la mejora de la sociedad.
La directora de nuestro Colegio San Pablo CEU Montepríncipe, Maria José Bello, nos indica que la principal diferencia de los alumnos IB se debe a la metodología que usan los profesores en las clases, los trabajos de investigación que realizan en cada una de las asignaturas y la Monografía y el componente de Creatividad, Acción y Servicio en el que se amplía la educación del alumno, no solo al ámbito académico.
Carlos Ortiz, director del CEU San Pablo Sanchinarro, suele insistir en que, durante los dos cursos que dura este programa, observa un cambio radical en el perfil de salida de los alumnos y que los alumnos durante esos dos cursos logran alcanzar los atributo IB teniendo un perfil de salida absolutamente diferenciador respecto a otros modelos de bachillerato. “A veces no son conscientes ellos”, nos dice Carlos, “de todo lo que han avanzado, pero cuando comienzan el primer curso de la Universidad, son decenas de profesores que imparten clase en primero de carrera los que me han comentado que se ve un perfil de alumno completamente distinto, con una visión del mundo absolutamente actual y en línea con la demanda de los perfiles profesionales más demandados”.
¿Cómo alentar a que un estudiante opte por BI?
El peso que se otorga a que el alumno sea responsable de su propio aprendizaje y que caracteriza al IB, ejerce catalizador del programa, puesto que encaja muy bien con el perfil de nuestros alumnos actuales, que son muy autónomos en su aprendizaje, con un acceso a la información infinitamente mayor que hace años y con la capacidad de introducirse a través del mundo digital en realidades académicas y profesionales con mayor antelación. Para ellos, el IB es una oportunidad de adquirir responsabilidad, trabajar sus habilidades y desarrollar un pensamiento crítico que les ayude a aprovechar las oportunidades que se les van presentando.
Por ejemplo, en todos los colegios tenemos alumnos con grandes habilidades digitales, o que cuentan con muchos seguidores, etc. Es verdad que Internet ha abierto un universo que dominan con una destreza que supera muchas veces a sus adultos. En estos casos es fundamental el entrenamiento de esas habilidades con un fuerte componente de responsabilidad, permitiéndoles ser actores de su propio aprendizaje y alentándoles, como suele indicar nuestra Directora de Montepríncipe, a ser indagadores, buenos comunicadores, íntegros etc.
Todo esto convierte el Bachillerato Internacional en un modelo de referencia para este perfil de alumno, nativo digital, autónomo y acostumbrado a procesos de metacognición.
Por cierto, ¿vale el BI para todos los alumnos?
Creo que es una metodología centrada en el alumno, transdisciplinar y que desarrolla habilidades tan diversas que sería, a mi entender, idónea para todos y cada uno de los alumnos, la inclusividad es una de las garantías de este programa.
Sin embargo creo que no podemos perder de vista los planes de futuro de cada alumno, y en función de estos y del nivel de autonomía y disciplina personal como las exigencias concretas de la Universidad de destino, debemos aconsejar a cada alumno de forma personalizada.
También es distinto aconsejar a un alumno que viene ya de las metodologías IB, y las domina a la perfección por haber cursado PYP o MYP, de aquellos que están acostumbrados a nuestra Educación Primaria y Secundaria, y el entrar a un IB supone un cambio importante para él.
Debemos ser responsables con estas recomendaciones porque no debemos olvidar que el programa Diploma del IB evalúa a sus alumnos al final del 2º año, por lo que si la decisión es errónea y el alumno decide regresar al Bachillerato nacional deberá repetir dos cursos.
¿Qué ventajas disfrutará un estudiante que se decante por un BI? (tanto en su futuro académico como desde el punto de vista personal y social).
No cabe la menor duda de que el IB cuenta una metodología garantizada, donde las competencias y habilidades se desarrollan para un mundo global y comprometido a nivel internacional, abre las puertas de Universidades grandes y pequeñas en todo el mundo y normaliza dentro de las actividades de sus alumnos el servicio a la comunidad. Es una formación integral de primer orden que además refuerzan con la interacción con otros alumnos IB en todo el mundo y los convierte en alumnos comprometidos socialmente y responsables con el mundo en el que viven. La finalización con éxito del Bachillerato Internacional posibilita a sus alumnos el acceso a diferentes universidades alrededor del mundo sin realizar la Selectividad, tanto en instituciones españolas como internacionales afiliadas al programa.
¿No supone esto una discriminación respecto a alumnos de bachillerato normal que sí deben realizar la selectividad?
El hecho de que no realicen la Evau, no significa que no deban responder a rigurosos métodos de evaluación, con exámenes de todas las materias cursadas por los alumnos, realizados a la vez en todos los países del mundo, que garantizan equidad a nivel internacional y un nivel de exigencia muy contrastado.
De hecho, deben realizar evaluaciones internas en todas las asignaturas y deben superar en el segundo año del Programa IB una estricta evaluación cuyas puntuaciones se validan mediante una tabla de conversión, que les permita acceder a las universidades más exigentes en puntaciones de nivelación y acceso. Y si así lo deciden, pueden incluso presentarse a las pruebas de competencia específica (UNED) y elegir posteriormente la evaluación con más puntuación.
Por eso, considero que aunque el IB tiene sus ventajas, el esfuerzo para llegar a la universidad no es poco y como recalca nuestra Directora María José Bello “los alumnos no solo tienen en mayo del segundo año del Programa Diploma los exámenes oficiales, sino que deben entregar las evaluaciones internas de todas las asignaturas, la Monografía, el Ensayo de Teoría del Conocimiento y la carpeta de CAS, que no es sencillo”.
¿Qué requisitos debe aportar un centro educativo que quiera ofrecer BI?
Para ser un IBO School y poder impartir el programa los Colegios deben formarse y conseguir la acreditación del Bachillerato Internacional, proceso que suele tomar en torno a dos años. Además, estas acreditaciones deben ser extensibles a todos los profesores que se incorporen al programa y los colegios tendrán que actualizar su acreditación con carácter quinquenal.
¿Disponéis de métricas que señalen si un alumno de BI ha obtenido -finalizado sus estudios universitarios- mejores ofertas laborales que quienes estudiaron bachillerato normal?
No tenemos suficiente recorrido para tener datos relevantes. No contamos con esas métricas de contraste, puesto que nuestros alumnos IB todavía no han finalizado la Universidad, sin embargo, los alumnos CEU, arrojan estadísticas de éxito abrumador tanto a nivel académico como a nivel profesional y están indexados en los mejores rankings a nivel nacional e internacional.
¿Cómo se articula desde el CEU este Bachillerato?
La directora de nuestro colegio San Pablo CEU de Valencia, Amparo Arbiol, explica que: “la incorporación de los alumnos al PD supone, de igual manera que en el bachillerato nacional, un proceso de reflexión que se inicia ya en los últimos cursos de secundaria, con los alumnos y con las familias. La información es fundamental para poder elegir correctamente un itinerario que les permita afrontar su futuro académico y profesional con éxito.
El PD permite que los alumnos escojan su propio plan de estudios, con libertad, decidiendo responsablemente las asignaturas de todas las áreas de conocimiento, con diferentes grados de exigencia, que conformaran su currículo, con una formación equilibrada, complementada con los componentes troncales, que impulsan el carácter interdisciplinario del programa”.
Nuestro director de área, Luis Martínez-Abarca profundiza aun más cuando nos dice que el Programa del Diploma tiene unas determinadas exigencias personales del alumno, compromiso personal, autonomía y capacidad de organización entre otras. A partir de ellas puede desarrollarse el programa con garantía de éxito.
Y añade: “La presentación de una oferte amplia que recoja las distintas necesidades formativas y la correcta orientación de los alumnos son especialmente importantes, tanto en relación con las habilidades personales como como al marco académico. Una vez iniciado el programa el acompañamiento a los alumnos adquiere aún mayor relevancia que en bachillerato nacional, en especial por el especial proceso de evaluación del programa”.
¿Quiénes prefieren el BI, niños o niñas? ¿Por qué crees que se produce esa tendencia?
Sin lugar a duda la demanda de este Bachillerato ha aumentado en los últimos años y en realidad parece importante ofrecer este modelo indiscutiblemente aperturista, moderno, competencial y con todas las garantías de una alta exigencia educativa.
Las tendencias en innovación pedagógica registradas en las últimas décadas, combinan una serie de metodologías activas muy diversas, y el perfil de salida de los colegios son cada vez más elaborados y competenciales. El problema generalizado es la correcta combinación y diseño de estos perfiles de salida y los programas para alcanzarlos. Y muy especialmente y como punto crítico, la evaluación por competencias para poder garantizar la evolución del alumno.
Es por eso que los colegios encuentran en el Programa IB, tanto como en el Programa Diploma, de años intermedios o el de Escuela Primaria, un proyecto con todas las garantías y perfectamente contrastado.
Del mismo modo, los padres y alumnos son conscientes de la importancia de garantizar tantas competencias de hoy con resultados académicos y es lógico que la demanda sea cada vez mayor.
El modelo IB es tan adaptable, integrador y válido para diferentes perfiles de alumnos, que ha sido adoptado en países muy desarrollados de todo el mundo, como en países en vías de desarrollo como las escuelas públicas de Ecuador.
Puede desarrollarse en varios idiomas y todos sus procesos están perfectamente parametrizados, sus servicios garantizados e incluso permiten proveer profesores seleccionados y formados para garantizar la perfecta ejecución de todo el proceso de enseñanza aprendizaje.

