El debate respecto al uso de las tecnologías se extiende día a día, semana a semana. Cada vez más países analizan la conveniencia de las tecnologías en las aulas. Si hace poco más de un mes se anunciaba que Suecia erradicaría el uso de las mismas en el aula, el país nórdico matiza: “Suecia va a revisar su plan de digitalización, que no eliminación”. Sin embargo, y no sabemos si “al calor” de dicha revisión, Países Bajos sí ha anunciado que eliminará para el año próximo el uso de los smartphones en las aulas.
Y entre tantos anuncios, desde Singladura seguimos pensando que en el término medio está la virtud. Recientemente se han publicado datos respecto al repunte -y mucho- de los repetidores (a pesar de las facilidades dadas) tanto en ESO como en Bachillerato. De modo que la pregunta es, ¿cómo lograr una mayor tasa de éxito?
Y parte de la respuesta está, y la hemos tenido, siempre delante de nosotros. El aula. El espacio de aprendizaje. ¿Cómo maridarlo para que este proceso sea lo más exitoso posible?
Hace unos días Curro Ortega, director general de Singladura, fue invitado a los micrófonos de Radio Intereconomía (a partir de 45:30) para explicar cómo concibe tanto el Aula del Futuro como la relación directa entre ella y el éxito educativo de los mismos; un mobiliario escolar adaptado a las necesidades de la escuela del siglo XXI. Por cierto, Ortega apuesta también – por ese término medio- en la continuidad de la integración de las tecnologías en las aulas.

